10.12.06

Lucía


Mientras sea verano Lucía no tiene problemas porque las ciruelas todavía cuelgan de los árboles. Aunque le dije mil veces que no salte en las frutas, parece no escucharme. No hace mucho tiempo ocurrió el accidente. Era invierno y por supuesto no había ciruelas, así que se le ocurrió probar con las mandarinas.
Se puso en cuclillas, y se sentó encima de una de ellas, apoyó bien los pies y dio un salto increíble, todavía puedo verla. Lo que ella no podía entender es que las mandarinas no son saltarinas ya que su cáscara dura y poceada no permite el efecto resorte que funciona con las ciruelas.
Cayó con un ruido seco, se me paró la respiración, vi cómo se despedazaba la piel, se cortaba, se desgarraba. Ese líquido medio dulzón que tenía adentro, salió disparado para todos lados. Fui corriendo a auxiliarla, cuando llegué, el jugo y las lágrimas de Lucía se confundían en un mismo charco. No sabía por donde empezar, ni vendas tenía en la casa, pero sabía que no tenía sentido llamar al hospital. Miré a los ojos a Lucía, pero sé que ella no me vio, los ojos cegados por el ácido del jugo no la dejaban mirar. La mandarina falleció horas después, sé que Lucía todavía escucha los gritos de su agonía. Durante días Lucia intentó no saltar, pero al poco tiempo me pidió que le comprara frutillas con crema. Sigo intentando convencerla, pero sé que no va ceder, igual ahora es verano, y mientras sea verano Lucía no tiene problemas, porque las ciruelas todavía cuelgan de los árboles.

Por María Eugenia Siciliano
En esta ocasión, les ofrecemos por seguna vez una producción de Maru Siciliano. Unas frutillas con crema nunca vienen mal.
El compilador

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